lunes, 19 de noviembre de 2007

TRANSANTIAGO: NO SE SABE EN QUE SE GASTARON LOS 290 MILLONES DE HACE UNOS MESES, NI EN QUE SE GASTARAN LOS 140 QUE SE PIDEN AHORA


El diputado Eduardo Díaz, quien rechazó la partida presupuestaria propuesta por el gobierno para continuar financiando con recursos públicos al Transantiago, dijo que “por falta de información adecuada, no es posible saber si los recursos que el Presupuesto Nacional exige para el Transantiago son para mejorar el servicio o para ponerse al día con los bancos y el sistema financiero que están sosteniendo a punta de préstamos la fallida locomoción santiaguina".
Los 290 millones de dólares que el Congreso aprobó para un fin similar hace unos pocos meses y los 140 millones que se piden ahora, no queda para nada claro si son para pagar choferes, mejorar las micros o las calles en la capital, o para traspasarlos a los bancos.
Eduardo Díaz agregó que “el Transantiago no se financia con las platas que genera su operación. Si tuviera que hacerlo, estaría quebrado hace rato. Hasta ahora sobrevive gracias a préstamos bancarios, y gracias a dineros que salen de los bolsillos de todos los chilenos y que después sirven para pagar los préstamos de los bancos”.
“Es decir”, agregó “los 290 millones de dólares de hace unos meses (equivalentes a 145 mil millones de pesos), más los 140 millones de dólares pedidos ahora (que son otros 70 mil millones de pesos), salen del bolsillo del pobre y de la clase media que pagan impuestos, y van a dar al bolsillo de los bancos, que nunca pagan impuestos”.
“Por ende, no es el Transantiago lo que estamos pagando los mapuches, los campesinos, los pobres y la clase media con nuestros impuestos: lo que estamos pagando son las utilidades de los bancos que están detrás de este monstruoso servicio, pero enorme negociado, armado por Ricardo Lagos. El Transantiago ha resultado un pésimo servicio para la gente de la capital, pero un excelente negocio para los bancos, porque si con la plata de los pasajes no alcanza, se le saca de los impuestos la plata a los pobres y la clase media para pasársela a los bancos que lo sostienen”, denunció Díaz.
En el hecho, los dueños del Transantiago no son las empresas que operan los buses, sino que son los bancos que les prestan la plata. Y el negocio seguirá siendo bueno para los bancos, si se sigue recurriendo al erario público para pagarles, con cargo a los impuestos que pagan los campesinos, los pobres y la clase media.

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