Mayo 27. “Es malo estar otra vez entre los últimos en el SIMCE a nivel nacional, no por figurar a la cola de un ránking, sino porque ello refleja el marco de falta de oportunidades en que se desenvuelven nuestros alumnos, lo que a mi juicio tiene directa relación con el hecho de que seamos la segunda región más pobre del país”, señaló el diputado Eduardo Díaz del Río, tras conocer los resultados de la medición aplicada el año pasado a los estudiantes de cuartos y octavos años básicos de todo el país, y que nuevamente colocaron a los alumnos de la Araucanía en el último lugar entre todas las regiones del país.
El parlamentario agregó que los puntajes regionales promedio desde la medición anterior (2006) se hayan mantenido, indica que persisten las mismas dificultades.
“Yo no arremetería ciegamente contra los profesores ni contra las escuelas en sí. Ese es el camino más fácil, pero no creo que allí se encuentre la solución. En cambio, haría ver que el entorno familiar en que se desenvuelven muchos alumnos les priva de las condiciones mínimas para estudiar y rendir en sus estudios”, explicó.
“Me parece que es allí donde habría que enfocar un esfuerzo generoso. Tras detectar cuales son las escuelas más débiles, debemos ver como apoyar a las familias de sus alumnos, para que éstos salgan adelante, generando condiciones aptas para el estudio”, indicó Eduardo Díaz del Río.
Apuntando a los elementos que a su juicio producen estos malos resultados, el parlamentario dijo: “la falta de empleo de los padres, su bajo nivel de educación, la carencia de un lugar físico dentro de las casas donde estudiar, la falta de materiales, y el desnivel entre estos niños y aquellos que tienen la suerte de vivir en hogares de mayores recursos económicos y educativos, incide fuertemente. Lo malo es que si esto no se remedia, los puede condicionar para toda la vida”.
Al mismo tiempo, tal como lo hizo el Seremi de Educación, Eduardo Díaz del Río celebró los avances de escuelas de comunas como Lautaro, Saavedra, Imperial, Gorbea, Pucón, Teodoro Schmidt, Collipulli y Lumaco, de los que dijo que “de a poco salen adelante a pesar de la carencia de recursos, incluso superando en modesta medida las limitaciones señaladas”.
“En resumen”, concluyó, “tal vez sea hora de mirar más allá del Estatuto Docente, de la LOCE o la LGE, o del lucro o no lucro en educación, para apuntar a soluciones que aborden las causas sociales que hasta ahora ha sido imposible evitar que se reflejen en estas mediciones”.
El parlamentario agregó que los puntajes regionales promedio desde la medición anterior (2006) se hayan mantenido, indica que persisten las mismas dificultades.
“Yo no arremetería ciegamente contra los profesores ni contra las escuelas en sí. Ese es el camino más fácil, pero no creo que allí se encuentre la solución. En cambio, haría ver que el entorno familiar en que se desenvuelven muchos alumnos les priva de las condiciones mínimas para estudiar y rendir en sus estudios”, explicó.
“Me parece que es allí donde habría que enfocar un esfuerzo generoso. Tras detectar cuales son las escuelas más débiles, debemos ver como apoyar a las familias de sus alumnos, para que éstos salgan adelante, generando condiciones aptas para el estudio”, indicó Eduardo Díaz del Río.
Apuntando a los elementos que a su juicio producen estos malos resultados, el parlamentario dijo: “la falta de empleo de los padres, su bajo nivel de educación, la carencia de un lugar físico dentro de las casas donde estudiar, la falta de materiales, y el desnivel entre estos niños y aquellos que tienen la suerte de vivir en hogares de mayores recursos económicos y educativos, incide fuertemente. Lo malo es que si esto no se remedia, los puede condicionar para toda la vida”.
Al mismo tiempo, tal como lo hizo el Seremi de Educación, Eduardo Díaz del Río celebró los avances de escuelas de comunas como Lautaro, Saavedra, Imperial, Gorbea, Pucón, Teodoro Schmidt, Collipulli y Lumaco, de los que dijo que “de a poco salen adelante a pesar de la carencia de recursos, incluso superando en modesta medida las limitaciones señaladas”.
“En resumen”, concluyó, “tal vez sea hora de mirar más allá del Estatuto Docente, de la LOCE o la LGE, o del lucro o no lucro en educación, para apuntar a soluciones que aborden las causas sociales que hasta ahora ha sido imposible evitar que se reflejen en estas mediciones”.
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